Medios de comunicación: Abaca papel fundido y técnica mixta
Dimensiones: 11 pieces, 39 in x 19.5 in x 13.5 in
Música: Meshell Ndegeocello
Las dimensiones de la instalación varían según el espacio de exhibición.
Este trabajo explora la interacción entre la biología y la sociedad. Planteo dos preguntas: ¿En qué medida están biológicamente determinados los roles específicos de género? ¿Qué sucede con esos roles a medida que evolucionan tanto la sociedad como la biología?
Las ideas surgieron en un contexto muy personal; durante mi embarazo, y luego cuando estaba amamantando a nuestra hija, noté la curiosidad de mi esposo por mis experiencias. Más de una vez presionó a Shammiel contra su propio pezón para ver si lo succionaba. Quería crear una pieza en torno a la maternidad y el abismo infranqueable entre los cuerpos masculino y femenino, específicamente en el área de la reproducción. Luego comencé a imaginar formas en las que ese abismo podría salvarse.
El centro de este trabajo es el concepto de embarazo masculino. Dados los sorprendentes desarrollos recientes en nuestra comprensión de la genética y la medicina, es posible que pronto veamos un futuro en el que las mujeres y los hombres tendrán la oportunidad de tener un embarazo. Este cambio no solo tendría enormes ramificaciones biológicas, sino que también motivaría un reexamen, si no un trastorno total, de convenciones sociales profundamente arraigadas. En You Cannot Feel It…, fantaseo cómo sería ese mundo.
Dentro del espacio, las personas se encuentran con "clones" de un nuevo tipo de cuerpo humano: esculturas de papel hechas a mano de un torso de mujer embarazada con la misma cabeza masculina unida a cada uno de ellos. Estos yesos fueron tomados de un molde hecho de mi cuerpo la semana antes de dar a luz a Shammiel. El piso debajo y alrededor de los moldes del cuerpo se cubrirá con arena suave y pálida que hace referencia a la tierra como base para la manipulación biológica.
Tuve la oportunidad de colaborar con el compositor Meshell Ndegeocello en la creación de una pieza musical hecha específicamente para la instalación. La iluminación del espacio y la música reforzarán la cualidad mágica que muchos de nosotros sentimos al enfrentarnos a las maravillas (¿o monstruos?) de la ciencia moderna.
“Tú no puedes sentirlo…
me gustaría que pudieras”
Este trabajo explora la interacción entre la biología y la sociedad. Planteo dos preguntas: ¿Hasta qué punto los roles específicos de género están determinados biológicamente? y ¿Qué sucede con esos roles cuando, tanto la sociedad como la biología evolucionan?
La idea surgió en un contexto muy personal, durante mi embarazo y luego cuando cuidaba a nuestra hija, me di cuenta de la gran curiosidad que mi experiencia despertaba en mi esposo. Más de una vez él apretó a Shammiel contra sus tetillas para ver si mamaba. Quería crear una pieza sobre la maternidad y el abismo infranqueable entre los cuerpos del hombre y la mujer, específicamente en lo que se refiere a la reproducción. Entonces, comencé a imaginar formas en las que se pudiera tender un punte en ese abismo.
Lo central en este trabajo es el concepto del embarazo masculino. Debido al desarrollo sorprendente y reciente de nuestros conocimientos sobre genética y medicina, pronto veremos un futuro en el que hombres y mujeres tendrán la oportunidad de experimentar el embarazo. Este cambio no sólo tendrá enormes repercusiones biológicas sino que motivará también un nuevo examen, si no un cambio total, de las convenciones sociales tan arraigadas. es Tú no puedes sentirlo… fantaseo sobre como podria ser ese mundo.
Las personas se mueven alrededor de la instalación, donde se encuentran “clones” de un nuevo tipo de cuerpo humano: esculturas de papel hechas a mano de torsos de mujeres embarazadas en los que se han colocado una vez cabezas idénticas de hombre. Estas esculturas fueron vaciadas en un molde de mi cuerpo, sacado la semana antes de dar a luz a Shammiel. Alrededor de las esculturas, el suelo está cubierto de arena suave y clara que evoca la idea de la tierra como fundamento de la manipulación biológica. Mientras caminan, los espectadores pueden sentir la textura debajo de sus pies.
Tuve la oportunidad de colaborar con la compositora Meshell Ndegeocello, quien creó una pieza musical especialmente para la instalación. La iluminación y la música reforzarán la calidad mágica que muchos de nosotros sentimos cuando nos encontramos frente a las maravillas (o monstruos?) de la ciencia moderna.