Entre el cielo y la tierra se inspiró originalmente en mis experiencias explorando los Fjörds, una gran región montañosa en el centro-oeste de Noruega, y los proyectos de vivienda de Patterson en el Bronx, Nueva York. Mientras estaba en Nueva York, aprendí sobre una comunidad de habitantes que vive dentro de las grietas de los picos de las montañas Fjörds. Como estas personas viven muy alto en las montañas, me era imposible comunicarme directamente con ellos. Sin embargo, los nativos que vivían en la base pudieron relatar maravillosas historias de extraordinarias condiciones de vida, lo que disparó aún más mi imaginación sobre la existencia que tienen con su entorno. Ante la presencia de ese paisaje, nació el deseo de compartir sus experiencias. Quedé fascinado con la forma en que viven esas personas, cómo responden a un entorno que a menudo amenaza con avalanchas y cómo las generaciones más jóvenes enfrentan o se rebelan contra las dificultades de la vida elegida por sus padres. Si todos los jóvenes se fueran, el lugar eventualmente quedaría “vacío”.
Si bien mi trabajo se basa en una ubicación geográfica específica y sus habitantes, los conceptos de atracción, pérdida y los sentimientos que genera un entorno particular son muy universales. Mientras trabajaba en este proyecto, me volví incapaz de ignorar los paralelos que vi con los entornos de vida que me rodeaban en Nueva York. Específicamente me enfoqué en los Proyectos de Vivienda Patterson del Bronx. Encontré importantes temas sociales y económicos que surgían de las imágenes comunes de los fiordos y de los rascacielos. Las incómodas condiciones ambientales soportadas por vivir en estas elevaciones y la separación de un grupo de personas de la comunidad circundante. De este aislamiento y dificultad ha surgido una comunidad fuerte, siempre amenazada por el movimiento de la juventud. Además de los puntos en común entre estas dos subculturas, las diferencias son sorprendentes. Una vida es enteramente de la tierra, la otra enteramente de la civilización, y las penurias de cada vida difieren a lo largo de esta línea.
En Entre el cielo y la tierra, los espectadores entrarán en un entorno que imita física y psicológicamente los lugares descritos anteriormente. La configuración del área guiará a las personas a experimentar el entorno desde múltiples puntos de vista, como si estuvieran tanto sobre como sobre el suelo. Esa “virtualidad” espacial se verá aumentada por dos proyecciones de video. Una banda sonora, grabada por la cantante Susana Baca específicamente para esta instalación, evoca aún más estos temas. A través de esto, exploro las historias paralelas de estas dos comunidades y trato de expresar mis sentimientos de asombro por los estilos de vida que nunca podré entender completamente.