Revista ArtNexus Número 91, 2013

Grimanesa Amorós

 

Tabacalera de Madrid

 

ANDRÉS ISAAC SANTANA

Las intervenciones de la artista peruana Grimanesa Amorós son siempre espectaculares ejercicios de “reajuste” y “acoplamiento” del entorno. Y lo son por dos razones sustanciales y comprobables: la primera, la capacidad de Amorós para proyectar sus piezas en un contexto, ya que aprovecha al máximo todas las posibilidades que ofrece dicho contexto; el segundo, la audacia conceptual con la que potencia la propia narrativa que ofrece el contexto en beneficio de una articulación coherente de sus formulaciones. La instalación fortuna (Fortune) que ocupa el espacio de la Sala La Fragua de Tabacalera, en Madrid, es un claro ejemplo de su capacidad para intervenir espacios y desarrollar narrativas. La pieza es un ensayo proposicional en el que la semiótica y la lingüística se comunican en un mismo escenario para convertir la “acción estética” en un operativo arqueológico-analítico para exhumar la memoria del lugar.

 

Fortuna es el título de la primera exposición en España que aborda el carácter multidisciplinar y multirreferencial de las propuestas artísticas de Amorós. Son muchos los elementos y estructuras del lenguaje puestos en juego en cada una de sus obras. En esta ocasión, nos encontramos ante una gran escultura luminosa que recupera ciertos preceptos morfológico-funcionales del movimiento cinético y la ductilidad de los materiales para generar una experiencia sensorial que incide directamente en el ámbito subjetivo del observador. Sus obras siempre revelan una fascinación por la luz y las infinitas posibilidades que ofrece, no solo estéticamente sino también narrativamente. Así, en parte, sus intereses no se centran únicamente en el campo hermético del lenguaje artístico, sino que también se adentran en el mundo científico, la teoría crítica y los ámbitos —extremadamente espaciados en el tiempo— de la historia social.

 

Este proceso resultó en una pieza espectacular, visualmente estimulante, con una estructura laberíntica que a través de su complejidad confirma la complicidad socio-semiótica de su formulación. Inspirado en la historia del edificio y su antiguo uso como fábrica de tabaco, Fortuna revive un debate sumamente acuciante y urgente sobre la pertinencia y fiabilidad de los sistemas productivos, pero en un contexto que —como el español— atraviesa una terrible crisis en la que no parece haber solución a la vista, al menos a corto plazo. correr. Por otro lado, la palabra “fortuna” contiene una dualidad semiótica que expresa múltiples significados. En un caso, hace una referencia directa al nombre de una marca de cigarrillos, a sus cajas de envío y al papel de filtro que aún se conserva. También hace referencia a la normalización de la producción tabacalera como una experiencia exponencialmente amplificada de socialización de las relaciones sociales y laborales capaz de generar fortuna según el tipo de mecanismos mediadores que se establezcan entre los individuos y sus prácticas culturales. De esta forma y, según la propia Amorós, “el título de la pieza juega precisamente con la idea de que todo el mundo tiene las mismas oportunidades de ganar y conseguir fortuna”.

Un intento un poco más atrevido de interpretar esta pieza y el contexto cultural de su ubicación sería que el laberinto propuesto por Amorós bien podría describir el corpus de una maravillosa alegoría de asociaciones y desconexiones entre los contextos culturales hegemónicos y los denominados periféricos. Subrayando así de esta manera la relación desproporcionada que se inscribe en la lógica del “sesgo cultural desfavorable”. El laberinto en cuanto aparece, tensa las relaciones dialécticas entre la idea de un encuentro hipotético y la noción terrible de pérdida. Espacio, luz y tiempo —que son los recursos que explota la instalación en una unidad casi cosmológica— suponen así el descubrimiento de una tríada de sentido que anuncia esas pequeñas islas de escritura que se ciernen sobre América y Europa a través de relatos de dominación y servidumbre; narrativas que pueden llevar a una conclusión o también llegar a un abismo de ambigüedad y delirios persistentes. Esta apoteosis de cables –que recuerda al hilo de Ariadna en la mitología griega– describe a través de la fuerza visual el mapa de una cartografía de relaciones altamente complejas, en las que el discurso cultural determina las estrategias para entrar o salir de ese caos que dibuja el mapa de lo contemporáneo. Allí, los espectadores tienen la oportunidad de escribir sus propias historias o abstenerse de hacerlo en un acto de indiferencia que resultaría altamente paradójico frente al fuerte impacto experiencial que la instalación genera por sí sola. En la medida en que, en el umbral de su seducción visual, la pieza aborda de alguna manera ese estado de adicción en el que cualquier razonamiento activo se entrega a un paisaje de placer ficticio.

 

La referencia indirecta a los sistemas de comunicación y las estructuras biológicas —creadas por la naturaleza o manejadas en laboratorios de especulación científica— representa otro elemento que carga la pieza de múltiples interpretaciones. ¿Es posible que sólo podamos ser definidos por nuestra biología? O, por el contrario, somos capaces de constatar el peso impuesto por la cultura y sus dictados, y llevarlo como una marca-tatuaje sobre nuestras experiencias individuales.

 

El viaje, como hecho cultural que traza itinerarios de ida y vuelta, es también la línea argumental de esta pieza. Nuestros viajes de un lugar a otro y de regreso han dibujado nuestros mapas personales. En la trama narrativa de la conquista, el viaje creaba el mapa y no al revés. Y este trabajo en parte aborda eso. Transmite el ajetreo laberíntico que se da en el contexto de una cultura globalizada y en constante cambio, como resultado de la Web y por el uso de dispositivos tecnológicos. El énfasis no está únicamente en revisar la idea de la experiencia productiva del tabaco como vehículo de relaciones culturales y sociales, sino también en abordar cómo su incidencia afecta un aparato mayor de relaciones conceptuales e ideoestéticas. De ahí la coherencia narrativa de la pieza y su consiguiente impacto en la esfera de la conciencia.

Lea el artículo en el sitio web de ArtNexus: haga clic en aquí.
Descarga el artículo

Marque el enlace permanente .

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

Spanish