TIME OUT Nueva York 25-31 de agosto de 2005

Fiebres tropicales
En un edificio de Harlem, los animales salen de noche.

Time Out New York

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Cuando la oscuridad cae sobre Harlem, las ventanas del edificio Lee en 125th Street y Park Avenue cobran vida. Hasta altas horas de la madrugada, los halcones nocturnos a pie de calle y los viajeros madrugadores en la plataforma Metro-North están al tanto de las luces de colores y los animales salvajes que se mueven a través de 12 ventanas del segundo piso del edificio. No es otro apartamento de Harlem que alberga mascotas inadecuadas, es arte, arte público.

Encargado por el propietario del edificio y promotor inmobiliario Eugene Giscome y concebido por la artista Grimanesa Amorós, el espectáculo de luces se llama Frente Feroz, o “frente feroz”. Amorós colocó recortes gigantes de elefantes, tigres y otras criaturas exóticas que, cuando se iluminan desde atrás con una secuencia de luces de colores en bucle, envían siluetas bailando a través de las pantallas que se extienden por las ventanas. La instalación está sincronizada para encenderse al atardecer y apagarse al amanecer según las coordenadas geográficas exactas de NYC (eso sería 40° 46° x 73° 58°W).

Frente Feroz, por cierto, conserva su doble significado en la traducción, con frente refiriéndose a una fachada o un frente de batalla, una ambigüedad que Amorós, de 43 años, dice que es intencional. “Nunca pensé en Harlem como un lugar peligroso”, explica, aunque sabe que algunas personas lo hacen. El artista, que vive en Tribeca, señala que la fuerte presencia policial en la calle 125, en parte debido a la estación de la MTA, proyecta seguridad y peligro al mismo tiempo. El hecho de que la obra sea visible sólo de noche juega con esa paradoja. “Me gusta hacer que la gente piense en algo”, dice Amorós. Si el trabajo no los hizo pensar, exactamente, definitivamente no son nada. Cuando visita el sitio por la noche, escucha comentarios de personas que miran hacia arriba desde la acera como: "Mira, ¡una casa encantada!" o “¡Una fiesta! ¿Dónde están las limusinas? Y algunas observaciones reflejan la misma ambivalencia que emite Amorós. Un residente del vecindario cambiante, al señalar el espectáculo de luces, le dice a otro: “Eso significa que alguien nuevo se está haciendo cargo del edificio”.

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