The forces of life and death are often seen as opposed and our own fear of dying renders us incapable of understanding their interconnectedness; however, death as an integral stage of existence is impossible to ignore. Destruction necessarily precedes creation; we are all bound in a continual--material if not spiritual--cycle of death and rebirth. The ritualization of death, as evidenced in religious and funerary traditions such as the procesiones of Peru, imposes order on what seems to be an arbitrary and chaotic process--the earthly end of a human being. When I was a child, my mother used to take me to see the procesiones Del Senor de Los Milagros; masses of people dressed in purple wound their way through the streets of Lima, evoking images of waves, of forces of nature. The disorderly individuals of the crowd seemed to dissolve in the midst of the ritual.
A different sort of order permeates La Procesión --a rhythm of emergence and decay. The dominant motif of the video is water--a life-giving and destructive force. Water is also associated with the idea of a state of flux; Greek mythology has souls passing over the river Styx in transit from the land of the living to a watery underworld. The disembodied faces of the film also float in a state of ambiguity and transition, oscillating to the rhythm of the water's current. They decay into skulls, which dissolve into an explosion of new faces. The final image of the film conflates the paradoxical themes of life and death--a woman appears lifeless under the waves. The crest of the water obscures the view of her eyes. We barely make out a flicker of the lids, and we are left asking is she alive.
The imagery in La Procesión is purposefully subtle. The mere suggestion of so grave a theme as death is apt to evoke reflection on the part of the viewer. The restrained, calm quality of the visuals is enhanced by the soundtrack, which was created especially for the video by the composer Omar Jon Ajluni. I want viewers to see their own experiences reflected in this video and to realize perhaps some of their deeper, more unconscious attitudes vis-à-vis the visage of death.
Español
Las fuerzas de la vida y la muerte a menudo parecen opuestas y nuestro miedo a morir nos impide entender su interconexión; sin embargo, la muerte como etapa integral de la existencia es imposible de ignorar. La destrucción necesariamente precede a la creación; todos estamos inmersos en un ciclo -si no material, espiritual- de morir y renacer. La 'ritualización' de la muerte, como lo evidencian las tradiciones religiosas y funerarias, como las procesiones en el Perú, ponen orden en lo que puede parecer un proceso caótico y arbitrario -el fin terrenal del ser humano. Cuando era niña, mi mamá acostumbraba llevarme a ver las procesiones: masas vestidas de morado yendo y viniendo por las calles de Lima, evocando imágenes de olas, de fuerzas de la naturaleza. Los desordenados individuos de la multitud parecían esfumarse en medio del ritual.
Un diferente tipo de orden impregna a La Procesión de un ritmo de emergencia y decadencia. El motivo dominante del video es el agua, una fuerza que da vida y destruye a la vez. El agua también está asociada a la idea de un estado de flujo; en la mitología griega hay almas que cruzan el río Styx en tránsito desde la tierra de los vivos hasta un submundo líquido. Los rostros incorpóreos de la película también flotan en un estado de ambigüedad y transición, oscilando al ritmo de la corriente de agua. Se convierten en calaveras que se deshacen en una explosión de nuevos rostros. La imagen final del video combina los paradójicos temas de la vida y la muerte -una mujer aparece sin vida debajo de las olas. Mientras la cresta del agua oscurece nuestra visión de sus ojos, apenas distinguimos un movimiento tenue de sus párpados y nos preguntamos ¿acaso está viva?
En La Procesión las imágenes son intencionalmente sutiles. La simple sugerencia de un tema tan serio como la muerte se presta para evocar reflexiones por parte del espectador. La limitada cualidad de calma de las imágenes es realzada por la banda sonora, creada especialmente para el video por el compositor Omar Ajluni. Quiero que los espectadores vean reflejadas sus propias experiencias en este video y que quizás comprendan algunas de sus más profundas e inconcientes actitudes frente al rostro de la muerte.