Synopsis
REMOLINO
Growing up in Peru, I was fascinated by the diversity and dynamism of cities like New York, and have long envisioned a project that would explore and celebrate this “culture of differences.” Remolino was inspired by the neighborhood of Jamaica, in Queens—one of the first places I lived in New York, and the most ethnically diverse county in the United States. This neighborhood was veritably born of a confluence of cultures. Jamaica Avenue was an ancient trade route of the Algonquin Nation; the name itself is derived from the Jameco tribe. Settled by the British in 1655, Jamaica continues to attract those seeking a better life through increased economic opportunity, and today its streets are crowded with individuals of an indescribable diversity, from countries as distant and disparate as Haiti, China, India, Colombia, Jamaica, the Philippines, the Dominican Republic, and Pakistan.
The concentration of many dissimilar cultures and lifestyles within a relatively small space gives birth to a culture of unique contrasts. Lacking any prevailing norm, the pressure to conform in this type of community is minimal, and what was once difference becomes a part of a shared, multi-cultural experience. The residents of Jamaica are constantly swept up in this dynamic medley of languages, customs, and cuisines. This wave of diversity overwhelms and absorbs, but without threatening the integrity of individual cultures or people.
After observing, photographing, and filming the inhabitants of Jamaica, I created a video to be projected on the façade of the North Fork Bank. The juxtaposition of faces with images of flowing water is suggestive of the movement within the community, the merging of people from all imaginable origins on the vibrant sidewalks of Jamaica Avenue. The fusing, transforming, and scattering of these same faces forces the viewer to interrogate the nature of individuality, and how a shared identity can be forged out of dissimilarity.
Synopsis
Como crecà en el Perú, estaba fascinada por la diversidad y el dinamismo de ciudades como Nueva York y, durante mucho tiempo, imaginé un proyecto que explorara y celebrara esta “cultura de las diferencias”. Remolino estuvo inspirado en el vecindario de Jamaica, en Queens -uno de los primeros lugares donde vivà en Nueva York, y el condado con mayor diversidad étnica en los Estados Unidos. Esta localidad realmente nació de la confluencia de culturas. La Jamaica Avenue era una antigua calle comercial de Algonquin Nation; hasta el mismo nombre se deriva de la tribu Jameco. Colonizada por los británicos en 1655, Jamaica sigue atrayendo a todas aquellas personas que buscan una vida mejor a través de una oportunidad económica mejor y, actualmente, sus calles están llenas de gente de una diversidad indescriptible, de paÃses tan distantes y diferentes como HaitÃ, China, India, Colombia, Jamaica, Filipinas, República Dominicana y Pakistán.
La concentración de muchas culturas y estilos de vida disÃmiles en un espacio relativamente pequeño da origen a una cultura de contrastes únicos. Ya que no existe ninguna norma predominante, la presión por conformar este tipo de comunidad es mÃnima y, lo que antes era diferencia, se convierte en una experiencia multicultural compartida. Los habitantes de Jamaica están continuamente arrastrados por esta dinámica variedad de lenguas, costumbres y cocinas. Esta ola de diversidad abruma y absorbe, pero no amenaza la integridad de cada cultura y pueblo particular.
Después de observar, fotografiar y filmar a los habitantes de Jamaica, concebà un video para ser proyectado en la fachada del North Fork Bank. La yuxtaposición de rostros con imágenes de agua que fluye sugiere el movimiento que existe en la comunidad y la fusión de gente de todos los orÃgenes imaginables en las animadas veredas de Jamaica Avenue. La fusión, la transformación y la dispersión de estos mismos rostros obligan al espectador a interrogarse sobre la naturaleza de la individualidad y sobre cómo, a partir de la diversidad, se puede forjar una identidad compartida.