Grimanesa Amoros
la posibilidad de las formas
ESFERAS, LUCES Y REFLEXIÓN SOCIAL CONFORMAN EL UNIVERSO DE LA ARTISTA. MARCADA POR SUS RAICES, LOS CONTANTES VIAJES Y LA VIDA EN UNA DE LAS CAPITALES DEL ARTE CONTEMPORANES.
Texto Loreto Ramirez, licenciada en estética
Si bien Grimanesa Amorós (Lima, 1962) comenzaría su recorrido por el mundo del arte a la temprana edad de once años, solo después de trasladarse a Nueva York – 1984– y formarse en Psicología, se abocaría por complete a la Carrera artística. En la actualidad, Amorós es reconocida en el circuito internacional como una artista interdisciplinaria, cuyas preocupaciones creativas están atravesadas por tópicos de relevancia, que le han capturado y la han acometido de modo paulatino. Entre ellos, la investigación científica; los avances tecnológicos; algunos conflictos característicos de sociedad actual; las nociones de identidad, diversidad e integración.
En cuanto a format y materialidades, a través del lenguaje multimedia la artista suele ensamblar piezas de complejidad- principalmente esculturas o instalaciones- donde el vídeo, la iluminación, la música y la performance adquieren un lugar predominante. A este respect, tres rasgos han distinguido las obras recientes de Grimanesa Amorós. En primer lugar, la presencia de la luz. Muchas de sus instalaciones y esculturas se constituyen en verdaderas piezas lumínicas (series Aurora).
En términos formales, dicha fasinación responde al intent por conseguir el efecto de lo etéreo y lo evanescente, a la vez que la vitalidad que entrega tal Fuente energía, ambos potenciados por una liviandad material. En Segundo lugar, destaca la reiteración de las formas circulares. Con reminiscencias a la tierra, la maternidad, el cobijo y loa orgánico propiamente tal, más allá del comienzo y del fin, la presencia de la esfera –con todas sus implicancias- nos devuelve un sentido de continuidad y de siclo. Finalmente, la transformación es un vector que suele caracterizar los trabajos de la artista, no solo por cuanto asistimos a la altercación de espacios o paisajes habituales, sino porque el espetador es conducido al descubrimiento de nuevos rincones y nuevas posibilidades formales, contextuales, matéricas.